miércoles, 28 de octubre de 2009

A falta de suicidio.

Mamacita, dime, ¿desde cuándo tienes tan bueno el torso?
Ah qué sabrosa, condenada, cada pulgada de tí.
Sé que me dirás "no", por eso ni te pregunto.
Te advierto, mejor, que un día de estos te voy a dar...
Un aventón, ¿de tripas? Quizá al final, ya en confianza.
Reniego de pagar fianza, por eso me voy con calma.
Bonito el ritmo: pico, piquito y piquete, así mero, mamá.
Aunque, admito, me dan ganas de arrimarte un llegue.
Claro que busco más que eso, yo te quiero y mucho muñeca.
Incluso, si me lo permites, ahí te va la muestra...
Oh'perate, que me chivean re'arto tus ojos verdes.
Nunca pensé poder quererte tanto. Muero por tí.

No hay comentarios: