M-a-s-t-u-r-b-a-c-i-ó-n

Te quita la desesperación ante el insomnio y bien rompe el hielo con chistes a costa suya. La vida es indigna si uno no se masturba cuando debe, y cuando así no ocurre, lo masturban a uno y ésto, no -siempre- dignifica mas gratifica hasta el goce, en el peor de los casos anestesia con su tibio tacto. La palabra por si misma es escabrosa: m-a-s-t-u-r-b-a-c-i-ó-n, el simple hecho de articularla es desagradable y proferirla condenable (quizá tanto como servir una rica cerveza fría... Sin alcohol), no todo signo justifica a su significado; así como no todo falo es bello al contacto.

Íntimo, de un tal a tal o del tal para cual, el acto de lo onánico no se presume a no ser que se comparta el lubricante. "Hola buenos dias ¿cómo están? Yo vengo de masturbarme y no tienen ni idea de lo rica que me ha quedado la paja el día de hoy"-Es algo que jamás escucharemos en la oficina, escuela u hogar al inicio de la jornada. Íntimo, masturbarse es y si se comparte no sólo en acto sino en palabra, demostramos lo maltratados que estamos. Masturbación a falta de suicidio cuando los sueños son lo único que nos impulsa. Masturbación a falta de suicidio cuando la vida se nos agota antes de vivirla. Masturbación a falta de suicidio cuando el peso del alma se descarga por millones en una cuchara. Íntimo, el suicidio es íntimo.

Sin distinción de género, clase social o credo; autocomplacerse no es pecado por si mismo, opino que debería serlo cuando no se hace con el debido respeto. Después de todo, lo que sube... Tiene que bajar.